Yggdrasil, árbol mitológico de los Celtas, y la navidad

Desde el principio de los tiempos, Jepri, Ra y Atum, las tres versiones de nuestro padre SOL según los egipcios, han marcado inexorablemente la continuidad de la vida sobre el planeta, no es de extrañar que se le haya y se le sigua rindiendo culto en todos los lugares de la madre tierra.

Para los celtas en especial, el Dios Lugh, generador de la Luz, portador del fuego primigenio y eterno, el (Ra de los egipcios), viene del mundo primordial o Guinnungagap de los Celtas, el peldaño más alto del Yggdrasil, su árbol sagrado por excelencia, y análogo al árbol de la kabbalah hebrea, como veremos más adelante.

El solsticio de invierno del 21 de diciembre (Yule, para los celtas), marca la noche más corta y oscura, para dar paso a días más largos, en donde el sol manifiesta su poder e ilumina al planeta y a sus hijos, de todos los reinos, animal, vegetal, humano, mineral, incluidos los más sutiles como los druídico y élfico,

Esto da lugar a un renacer, a una mayor toma de conciencia, aprovechando las energías que bañan el planeta. Por tanto es motivo de alegría y celebración, y los Fresnos perennes se adornan con Muérdago y acebo, para invitar a Elfos y Hadas a participar de la celebración,

Nosotros recordamos esta fiesta con nuestro árbol de Navidad, en este caso un abeto, para decorarlo y recordar esta fiesta ancestral del nacimiento de la luz. la Natividad del Cristo, según la religión católica.
El árbol y el hombre tiene un relación muy estrecha, y una poderosa analogía, las raíces, son nuestras conexiones con la madre tierra, vibramos según su resonancia y energía, y si no somos conscientes de
nuestros pulso terrestre, nos descentramos e irritamos.

El tronco, nuestro cuerpo vital, en donde tenemos todos los órganos y chacras, que nos mantienen en esta dimensión con vida, sin el tronco, no podemos transmutar. De abajo a arriba y de arriba a abajo, como hace el árbol con sus Ramas y sus raíces,

Nuestras brazos extendidos al cielo, nos sirven para orar, para hacer de antenas junto con nuestra cabeza, como las Ramas de los árboles, por lo tanto los paralelismos son obvios.

Los celtas eran adoradores de la madre naturaleza, la cual entendían como obra de una fuerza descomunal, y aunque misteriosa, bien estructurada y definida dentro de su rica cultura, siendo los árboles el eje central de su adoración, esta ciencia es la  dendolatría. (Culto a los árboles )

Por tanto, una fiesta de todos y para todos, sin excepción...lo luminoso y puro, pero también lo oscuro y tenebroso.

Los reinos o mundos el árbol sagrado Yggdrasil son nueve, y cada uno de ellos está en un plano o dimensión sutil diferente.

Cada uno tiene un nombre en celta, aunque sólo los enumerare, en este caso de abajo a arriba, de la mayor densidad a la mayor sutileza.

1- reino de los muertos
2-reino de los elfos oscuros
3-reino de las nieblas y el terror
4-reino de los gigantes
5-reino de los hombres
6-reino de los (vanir) tribu de los dioses de la naturaleza y la fertilidad
7- reino de los elfos de luz
8-reino de los dioses
9-mundo primordial del fuego (Guinnungagap, que quiere decir, vacío, húmedo.) el abismo en donde el calor, derrite a la escarcha y las gotas de Rocío formaron el (eitr) el éter sustancia d vida, que género los mundos.

Guinnungagap sería pues, el mundo de la emanación del árbol de la cábala...

Odin, el padre mitológico de la cultura celta, subía y bajaba a su antojo por el tronco del Yggdrasil, cabalgando así entre ambos mundos, el de la forma y el de la esencia....

Feliz nacimiento a la luz, y a la consciencia...