RELATO DE PODER

En el bosque no encontraba lugar de poder alguno para meditar y aquietarme. Estaba inmerso en mis agitadas profundidades, anhelaba centrarme, aunque era imposible rodeado de los excrementos de vaca, e incómodos mugidos, los cuales eran un fiel reflejo de mi propia mierda interior que atraía a toda corte de moscas e insectos parásitos que conlleva tal estado.
Mi compañero de aventuras, se encontraba tan agitado como yo cuando tras al correspondiente alarido de llamada para conocer su ubicación me respondió casi al unísono.
Estoy fuera de mi , me espetó...vámonos de aquí le respondí. El silencio interior y la introspección que pensamos hallaríamos en aquel bosque brillaban por su ausencia. Decidimos pues ponernos en movimiento, no sólo en el exterior sino hacia dentro de cada uno de nosotros, puesto que La Paz de cualquier lugar, nos solo dependía del paraje, sino de lo capaces que fuésemos de aquietar nuestras mentes y abrir nuestro corazón. Así qué nos movimos sin rumbo, aunque con el propósito de encontrar nuestra ansiada calma, y nuestro lugar de poder, en el mundo, en nuestro propio mundo interior.

Durante el viaje la agitación interna iba en aumento, Mi amigo y yo sentíamos la misma energía, el mismo despropósito de haber comenzado una búsqueda sin saber muy bien como ni cuándo lo habíamos decidido, simplemente estaba surgiendo, estábamos abiertos y eso era suficiente para que se diese lo que se estaba dando...a dónde vamos, me pregunto, a la deriva, le dije.
Pensamos que vagar sin rumbo nos daría sosiego y presencia para para acometer la aventura.
Entonces, súbitamente, me acorde de un lugar que podría ayudarnos a centrarnos, un pantano, agua, algo femenino que nos diera expansión y creatividad..sentimos que los siguientes espacios a los que nos aproximábamos nos vomitaban uno tras otro. Finalmente, entramos en un paraje de aspecto majestuoso, de energía sublimada, nos fuimos aquietando, y dejándonos seducir por el lugar, vimos la indicación de una ermita hacia donde nos encaminamos....

Aquel lugar tenía magia, conocimientos ancestrales de geomancia y arquitectura sagrada dotaban a la ermita de una presencia singular que expresaba una ubicación empoderada.
Nos sentimos acogidos, mecidos y nutridos por aquel espacio que exhalaba energía telúrica de la madre tierra. Nos sentamos frente a la luna que se elevaba al fondo entre brumas y montañas, de un color miel esponjoso, y repleta a rebosar. Nos miramos un instante para expresar el entendimiento de nuestra agitación tan profunda, que por fin se acallaba al sentirse comprendida....
Tomamos el tambor, las maracas, el copal, y nos dirigimos con paso quieto pero firme hacia la espesura del bosque, hacia la noche clara de una luna llena. Cantamos, danzamos, aullamos como lobos en la noche, y nos sentimos acompañados por las abuelas y abuelos de la tradición mas remota. Meditamos en profunda presencia, sintiendo la fuerza de los ancestros y de los espíritus del bosque. Comprendimos sin mente, abrazamos sin brazos, respiramos sin pulmones.....nos habíamos elevado hacia adentro...Estábamos saliendo del laberinto, renovados y auto-empoderados, felices al fin..........